La
confianza, desde mi muy particular punto de vista, no se gana ni se da, simplemente, se tiene o no se tiene… Como la Fe. De modo que realmente nunca se puede estar seguro de
en qué o quién ha de confiarse, pues la vida no sugiere que sea tan sencillo, simplemente hacer o dejar de hacer, y dejar
de hacer para poder hacer después. Si has de confiar, no podrás arrepentirte, si te has de vengar, tampoco podrás hacerlo,
es simplemente un transcurrir de hechos delimitados, continuos y nada acertados, lo que te permiten llegar a donde la confianza
es poseída, donde la verdad pasa por etérea y poco absoluta, donde, de alguien modo, tienes la vida de alguien en tus manos,
y eres capaz de poder crear cualquier cosa, o destruirla de igual manera… De ser o no, de dejar o no. Confianza…
todo se resume a un breve hecho, una fácil concepción del futuro inmediato, la más sencilla de las maneras del instinto, la
más opaca de las maneras de la razón… La mejor manera de vivir, y también la más cruenta de morir… Confiando.
“…-Sabe? Yo también creí que los Unicornios eran monstruos fabulosos, no había visto, hasta
ahora, uno vivo.
–Bien, ahora que nos hemos visto mutuamente, –dijo
el Unicornio- Si tu crees en mi, Yo creeré en Ti…”
kRaD RaEtSHiaM
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