La
unión, la hermandad, la lealtad y el buen pago. El honor, la caballería, las buenas costumbres fundadas en la antigua escuela,
cuando la verdad era todo lo que reinaba, y la verdadera fortaleza se encontraba
en tu hermano de escudo, en tu cómplice de matanza, en el filo de una buena espada y en la crin de un jamelgo; que tiempo,
que tiempo ha pasado ya… La verdad es que todo eso ya ha terminado, y nada de eso existe o muy poco es recordado. No
es placentero mirar atrás y ver todo lo que por culpa de los tiempos como se avecinan se ha perdido. No es sencillo notar
que los que te seguían en algún momento, ahora yacen tirados en el camino, inmóviles esperando al putrefacción… y la
lealtad de tu memoria, la verdad de tu pecho sonriente que aún anhela por la
voz del compañero entreoír en la podredumbre de los cadáveres que lo rodean y te ciernen en el olvido. El recordar la fe que
hacia en la agrupación, en el conjunto… En nosotros…
No
cabe duda, la lealtad solo se consigue cuando hay a quien serle leal, y cuando uno mismo no se es leal, esa, esa es la situación
de lamentarse, ya no hay nada por hacer, todo se ha perdido y ya solo queda perecer. Comunidad… palabra confusa.
“-…Cuando eres un goblin, no necesitas dar un paso al frente.
El resto dará un paso atrás…”
kRaD RaEtSHiaM